Ahora bien, como pedal práctico tiene puntos un tanto tediosos que no están a la altura de su precio. Vaya por delante que esto se lo he comprado como regalo de cumple/navidad a mi padre, y aunque él esté satisfecho y le parezca fantástico yo como comprador y como alguien con más experiencia con cacharros musicales tengo el deber de ser más crítico.
Como decía, el concepto del producto es buenísimo. Se trata básicamente de un almacén de ideas musicales en el que puedes no solamente hacer infinitas capas de loops, sino que tienes nada más y nada menos que 48 espacios disponibles y cada uno de ellos con la posibilidad de añadir esas infinitas capas. Lástima que le falte un puerto USB C o algo así para guardar los audios en ordenador, pero igual era mucho pedir. De todos modos, hasta aquí todo genial.
Vayamos a la práctica. En general funciona, graba y tal, pero ocurren cosas extrañas. Ya nada más grabarse la primera capa se puede escuchar como una especie de reloj de fondo. No es nada rítmico ni de tap tempo, pues este pedal no dispone de esas funciones y es un sonido que tiene un ritmo independiente de lo que has grabado. Ese sonido persiste cuando hay pistas grabadas reproduciéndose y es muy tedioso para un contexto en vivo. Afortunadamente en nuestro caso no va a salir del salón de casa.
El botón de en medio, el del led rojo o azul, hace lo que le da la gana. Lo configuras de x modo y luego el pedal no te hace caso como debería. Tiene un modo en el que empieza a grabar cuando tocas la primera nota justo después de darle al pedal, pero se queda sin grabar porque no capta cosas suaves a bajo volumen. Y siempre con el tic tac de fondo.
Lo dicho, está bien para regalárselo a un padre prejubilado o como dispositivo que almacena tus ideas, pero yo no lo recomendaría para usarlo en directo.