Un paso más en la calidad de estas estupendas cuerdas. La potencia de sonido que se obtiene en cualquier violín es muy buena, sacando el máximo rendimiento en cuanto a potencia sonora se refiere. El timbre no es el más dulce del mundo, con un cierto regusto metálico muy al final de la emisión del sonido, pero queda ampliamente compensado con la potencia, estabilidad y fiabilidad de estas cuerdas.
Me llama la atención la inmutabilidad a lo largo del tiempo, permanecen estables aunque hayas viajado con el violín y cambiado de clima, humedad, y temperatura. Una vez se estabilizan en dos o tres días, permanecen inalterables durante meses.