Básicamente son lo mismo que los Ludwig clásicos, pero fabricados de manera actual por Tama.
No se puede esperar de ellos lo evidente, pues son soportes de plato con un diseño de los 50-60, pero teniendo eso en mente, puede decirse que son de gama alta. La fabricación es buena, los acabados también.
Sirva como detalle que la varilla superior es lo suficientemente fina como para pasar por un agujero de plato, con lo que podemos, mediante unas esponjas, hacer stacks como los que hacían Ian Paice o Ginger Baker.