El t-rex mudhoney está fabricado en Dinamarca a mano, y la calidad es altísima. El circuito es el de un Rat, pero tiene un nivel de control tremendo: puede ser overdive cremoso, distorsión agresiva y un fuzz que suena a Neil Young. Incluye un interruptor para darle un subidón a la cosa, y conseguir un sonido más extremo (configurado como fuzz, crea un sonido de Big Muff impresionante). Merece la pena por su versatilidad, tiene un precio increíble temiendo en cuenta la calidad de los componente y si se usa con el bajo, rinde de diez porque respeta perfectamente los graves