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6. El ajuste de la curvatura del mástil

Un correcto ajuste del mástil es una condición básica para una guitarra (o un bajo), cuyo resultado debe dejar al rechinamiento, también con un buen emplazamiento de las cuerdas, el mínimo margen de tolerancia. Lamentablemente guitarristas poco cuidadosos o mal informados a menudo actúan sobre la tuerca del mástil más bien de forma intuitiva o inspirados por falsos mitos, terminando por empeorar más el estado de sus instrumentos. A continuación queremos mostraros la función y la forma en que actúa el alma del mástil, de manera que podáis manejaros con ella de forma óptima en el futuro.

En primer lugar algunas informaciones básicas acerca de la función del alma.
Las cuerdas de una guitarra (y naturalmente también de un bajo) ejercen una fuerza de tracción nada desdeñable sobre el mástil. El resultado: El mástil cede con el tiempo y se arquea lentamente pero de forma continua hacia arriba. ¡El correcto apoyo de las cuerdas además se pierde! Para actuar de forma efectiva ante este „fenómeno“, los constructores ingeniosos de guitarras idearon el estabilizar el mástil de sus instrumentos con una varilla de acero o aluminio. Se daban fundamentalmente dos tipos de planteamiento: La varilla de acero ajustable y la variante no ajustable. Las guitarras eléctricas modernas (también acústicas), normalmente incorporan un alma ajustable. La tuerca necesaria para el ajuste se encuentra o bien bajo una tapa en la pala o en la parte del mástil de la zona del cuerpo. Normalmente se procede al ajuste con una llave allen, una llave tubular o un destornillador normal y corriente. Antes de pasar a la acción primero deberíamos asegurarnos de si es realmente necesario el ajuste. Resumiendo un poco: Un mástil demasiado arqueado resulta en una elevación del emplazamiento de las cuerdas, afectando a la facilidad de toque. Y lo que es peor: la guitarra puede terminar haciendo ruido, a menudo en las zonas más altas o las más bajas.

Antes de pasar a la acción primero deberíamos asegurarnos de si es realmente necesario el ajuste. Resumiendo un poco: Un mástil demasiado arqueado resulta en una elevación del emplazamiento de las cuerdas, afectando a la facilidad de toque. Y lo que es peor: la guitarra puede terminar haciendo ruido, a menudo en las zonas más altas o las más bajas.

Como menos trastean las cuerdas es cuando el mástil está recto. ¿Pero cómo se reconoce si el mástil de una guitarra presenta una curvatura incorrecta? Unos pequeños trucos pueden ayudar.

  1. La primera variante exige tener buen ojo y un poco de práctica. Se toma la guitarra con las manos y se echa un vistazo a lo largo del mástil desde la punta de la pala. Desde esta perspectiva se puede apreciar muy bien si el mástil está encorvado. Lo mejor es coger como referencia la obligatoria línea recta de las cuerdas y comparar con la profundidad de la perspectiva de los trastes.
  2. El segundo método es fácil de poner en práctica incluso por guitarristas poco experimentados. Se pulsa la cuerda Mi grave en el primer y último traste al mismo tiempo, y se compara continuación el recorrido de la cuerda con la parte superior de los trastes. En un mástil correctamente ajustado, debería haber en la zona del décimo traste una separación máxima de cuerda de 0,4- 0,6 mm. Problema solucionado.

El procedimiento general:

Girar la tuerca del alma en el sentido de las agujas del reloj (a la derecha), tensa el alma y el mástil se mueve hacia atrás, es decir se endereza o pone más recto.

Al girar en el sentido contrario de las agujas del reloj se destensa la varilla de acero del mástil: El mástil se mueve hacia adelante y se arquea, quedando las cuerdas más separadas.

¡Pero cuidado! Las acciones descritas se deben ejecutar con mucho tacto. Porque la varilla de acero puede incluso romperse también, y esto significaría una bastante costosa reparación. ¡Es mejor ahorrársela!

Problemas imprevistos

A pesar de todos los esfuerzos para ajustar a la perfección un mástil, también puede pasar que las cuerdas sigan haciendo ruido. En estos casos el problema viene a estar a menudo en la curvatura irregular del mástil y solo con ajustar el alma no es suficiente para solventarlo.

Si es así, y si es el caso en qué zona del mástil se encuentra, se puede comprobar de forma muy sencilla. Se pulsa la cuerda Mi grave en el primer y último traste y se toca la cuerda entre ambos puntos. Si no trastea, todo está en orden. Ahora se pulsa en el primer y el penúltimo traste, y se vuelve a tocar la cuerda. Si tampoco trastea, también aquí está todo en orden. De esta manera se procede lentamente traste a traste, comprobando si el sonido es limpio. Cuando se termina con todos los trastes se repite la acción pero a la inversa. Es decir, se pulsan el primer y el último traste, se controla el comportamiento de la cuerda. Ahora queda el último traste permanentemente pulsado y se comprueban los trastes desde la mano izquierda desde el segundo, el tercero, etc. Siempre controlando el comportamiento de la cuerda en cada cambio. Si los tonos son limpios también aquí, el mástil se encuentra bien ajustado. Si hay vibración en alguna posición, lo más probable es que sea allí donde se encuentre la irregularidad el mástil. En estos casos como ya hemos dicho no es posible recuperarlo solo ajustando el alma. Pero no temáis, hay alternativas. El lijado de la zona a menudo soluciona este tipo de problemas, o al menos los reduce drásticamente. En cualquier caso el lijado debe llevarlo a cabo un especialista. Un lutier de vuestro entorno puede ayudaros en estos casos con toda seguridad.

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