Sin lugar a dudas, estamos ante un producto de una calidad, construcción y prestaciones que exceden por lejos lo que puede indicar su precio.
Este bajo emula los Fender Precision Bass de los años 50 a la perfección. Encontramos una construcción sólida, un cuerpo más bien ligero-medio, un mástil pesado de arce por acabar, bastante grueso tipo bate de baseball (esta spec sea de las más contextuales a su época, pero provoca cierto neck dive) aunque muy suave. En suma, tiene una pastilla single-coil potente y balanceada: no va pasada de medios, prescinde de bastantes agudos ni suena opaca o embarrada.
Por 119€ uno puede pensar que esto es un instrumento de entrada o para principiantes, pero lo más cierto es que es un instrumento fantástico, accesible y bien construido. Por ese precio uno esperaría un bajo ensamblado y poco más...y te encuentras con un instrumento perfectamente ajustado en acción y entonación. Cabría esperar defectos o dejadez en el control de calidad y no los he encontrado por ningún sitio, es más, los trastes están pulidos a lo largo del diapasón y las cuerdas son totalmente aprovechables.
Insisto, nada de lo que he comprobado denota baja calidad o pobreza en el cuidado. La electrónica o los afinadores serán estándar o marca blanca, pero nada de eso se percibe cuando los clavijeros aguantan la afinación y rotan con suavidad o potes de tono o volumen son progresivos y actúan en todo el recorrido sin surtir efecto solo al final (o volumen o mute, o 100% de tono 0%). De hecho, cabría esperar que para una sola pastilla la electrónica, al menos la controlara solvente y, lo dicho, lo hace con creces. Quizá el golpeador de plástico de 1 capa en lugar de 3 sea el elemento más parco, pero está bien cortado.
Sobre la pastilla; para ser single coil no mete ruido, hay 60-cycle hum de vez en cuando, pero ni con overdrive al máximo o volumen elevado hay ruido estático destacable o molesto y mucho menos tocando las cuerdas, el cual detiene cualquier ruido.
Aparte, el color fiesta red, si bien es de los 60 y no de los 50, es tan icónico como el diseño del bajo en sí, albergando suficiente aire retro y modernidad. El logo de Harley Benton en dorado le da un toque de elegancia importante que poco envidia al resto de marcas premium.
No malgastes ni un segundo, cómpratelo. Es un bajo DIVERTIDO, funcional, económico y con una calidad que excede su precio. Yo lo tengo con un Fender Rumble 40 y puedes tocar LO QUE SEA (salvo slap, no es lo apropiado). Quizá he sido un afortunado y ha sido suerte, pues es, por lejos, el mejor producto de Harley Benton que he recibido (y ya he tenido varias guitarras), pero el consenso general es que es una gran compra y cada vez veo a más músicos en YouTube interpretando con este modelo en particular.
Sobre el envío y packaging, pues de 10, como siempre para Thomann.