Le quiero, y es que se porta fenomenal conmigo: no mete el menor ruido, luce infinitamente mejor que en la foto, tan recio que como proyectil de catapulta hundiría una pared (siendo liviano cual pluma). Yo lo empleo en lo que llamaré una 'manualera' (los pedales están al alcance de la mano, para modificarlos constantemente), y si lo dejas enchufado pero con todo a la mitad, el color no cambia en lo más mínimo.
En resumen, tengo tres: polígamo y endogámico.