Esta correa Gibson cumple perfectamente su función. Es cómoda, ajustable y bonita. La utilizo en una Epiphone Les Paul Standard y reparte el peso de forma eficaz.
Pese a que los logos de la cara exterior están bordados con calidad, la cara interior está forrada de un plástico de un tacto algo "barato", al menos para tratarse de un producto Gibson. La versión equivalente de Fender, con su logo correspondiente y en el mismo rango de precio ( Fender Monogramm Strap) está rematada con una mayor calidad y el tacto es significativamente mejor. No obstante, estamos hablando de una correa de unos 10 euros, y por ese precio, cumple de sobra las expectativas.