Lo compré para tener-lo en el estudio y se va a quedar de por vida. No soy batería, pero me dedico a grabarlos y este plato es sorprendentemente funcional para grabación de estudio. Muy fino y ligero, wash muy musical, oscuro y con claridad en la articulación y una campana muy pequeña. Tiene un crash muy bonito. No es un plato para todos los estilos, pero para jazz, fusión, acústico, indie, funk, etc tiene un sonido muy agradable en la mezcla. Al estar martillado a mano, cada parte del plato suena distinta lo que abre muchas posibilidades de sonido que hay que descubrir. Encantado con el plato y todos los baterías que vienen en el estudio aún más.