Sin llegar a ser la opinión de un profesional de la trompeta sino un mero aficionado que no puede ensayar cuanto quisiera, lo cierto es que de llevar desde mis inicios tocando con una Bach 1 1/2 C cuando me llegó mi Dory (de Dorada) a casa y la puse en su Yamaha 8210-ZS y empece a tocar, note que era más fácil centrar las notas, como mas estabilidad y más facilidad a la hora de ir produciendo los sonidos. Una mejor flexibilidad. Las sensaciones fueron muy buenas. Me daba la sensación de ser una boquilla muy con los pies en la tierra, como si la otra fuese más alocada y tuviera la sensación de tener que controlarla más. Razón tienen los que avisan que una vez tocas con una GP no quieres volver a otras.