Si no se quieren utilizar unos monitores o un sistema de PA, no existen precisamente muchas opciones aparte de estos altavoces de Yamaha, que, al igual que ocurre con el Genos, no son precisamente baratos, pues por un precio similar puedes tener unos monitores bastante decentes. Hasta ahora utilizaba una mesa de mezclas y unos monitores Yamaha MSP5, y el sonido era muy bueno pero era un jaleo ponerlo todo, y si sólo quería tocar un rato al final muchas veces acababa usando unos auriculares.
Tal y como dicen la mayoría de opiniones, la calidad de audio es buena, y el sonido se escucha nítido y detallado; de hecho no muy distinto del que obtenía con los MSP5 pero con más graves (por el subwoofer), y bastante equilibrado, aunque para mi gusto flojea un poco en los medios, pero nada que no pueda arreglarse con un pequeño ajuste de EQ. El nivel de potencia es más que suficiente para uso doméstico pero sinceramente se queda corto para bolos, a menos que el local sea pequeño.
Un aspecto negativo es que usa una conexión miniDIN que no sólo es exclusiva del Genos y hace que no se pueda usar el sistema de amplifiación para otros teclados o fuentes de sonido, sino que es bastante incómoda de conectar, porque hay que orientarla de una manera específica, requiera bastante cuidado y es fácil doblar las patillas si no se hace bien. Si el Genos está en un lugar fijo y la idea es tener los altavoces siempre conectados, no es un gran problema, pero si hay que conectar y desconectar de manera habitual, aparte de incómodo es arriesgado, y lo peor no es poder estropear el cable, sino la conexión del subwoofer o (peor aún) la del Genos.