No he probado otros atriles más caros, pero por un módico precio, te llevas esta maravilla, muy estable, de fácil ajuste (gracias al mango que une ambos cilindros) y de buena calidad. La placa es de metal, así que puedes usar imanes que vende Thomann también para fijar tus partituras. Dicen que si lo usas sentado queda demasiado alto: a mi me viene genial y no soy ningún largirucho. Esta placa, por cierto, no me esperaba que fuera tan grande, pero no es inconveniente: más cabe. Soporta bien el peso de mi tablet (no hay peligro de caída ni por asomo). Lo dicho, de las mejores compras que he hecho en Thomann.