La idea básica al diseñar esta cápsula fue combinar las ventajas de la cardioide con las de la omnidireccional.
Esto da como resultado un patrón polar que combina los dos conjuntos de características.
Tiene una respuesta de baja frecuencia más completa y más amplia que una cardioide, con menos efecto de proximidad, a la vez que capta más sonido de sala que una cardioide.
El diagrama polar muestra que la directividad del MK 21 solo depende ligeramente de la frecuencia.
Esto contrasta con las cápsulas omnidireccionales, cuya directividad aumenta al aumentar la frecuencia, y con las cardioides (al menos las más pequeñas), que tienden a acentuar las frecuencias altas que llegan en ángulos oblicuos.
El diagrama polar muestra que la directividad del MK 21 solo depende ligeramente de la frecuencia.
Esto contrasta con las cápsulas omnidireccionales, cuya directividad aumenta al aumentar la frecuencia, y con las cardioides (al menos las más pequeñas), que tienden a acentuar las frecuencias altas que llegan en ángulos oblicuos.
La orientación de la MK 21 es menos crítica que con una cardioide, ya que tanto el sonido directo que llega sobre el eje como el reverberante u otros sonidos fuera del eje se reproducen con precisión.
Esta falta de coloración en la captación fuera del eje produce una impresión sonora "cálida" y natural.
La baja directividad de este tipo de cápsula evita que genere diferencias de nivel lo suficientemente grandes para su uso X/Y, aunque los espaciados M/S y casi coincidentes suelen tener éxito.
Junto con la cardioide y la supercardioide, este es uno de los tipos más preferidos entre nuestras cápsulas.