Por un lado están los emuladores de amplificador, y por el otro están los preamps. El preamp Sadowsky es mi favorito.
Me compré el SPB1 en 2022 para mi primera pedalera, y desde que lo probé me encantó. La DI del modelo anterior es muy buena aunque el pedal es básicamente el mismo. Este año me compré también el SPB2 porque necesito otra pedalera más pequeña y necesito el pedal Sadowsky siempre encendido.
En combinación con el DSM Simplifier (genial emulador) consigo un sonido que me encanta. Se complementan muy bien, el Sadowsky colorea para bien, aporta graves modernos, pegada y ataque, y el Simplifier redondea el sonido y permite un control más fino una vez conoces bien como interactúan ambos aparatos. No sé si empastará igual de bien combinado con otros emuladores o amplificadores, supongo que será también cuestión de gustos, pero para mi es un gozo haber encontrado "mi sonido" y que me quepa en la funda del bajo.
Los graves los tengo casi siempre al 2, alguna vez lo he llegado a poner al 3. Los agudos entre el 0 y el 3 dependiendo de lo viejas que estén las cuerdas o el recinto donde toque. Incluso con el EQ plano se puede notar el ataque y el carácter del previo. No tiene más controles y no creo que los necesite. Es honesto y va de cara, o lo amas o lo odias. Yo mío fue amor al primer Slap.
Conclusión, recomiendo no probarlo, porque corres el riesgo de que lo eches de menos cuando no lo tengas encendido y te toque llevarlo a todos los conciertos. Puede enganchar fuerte hehe. Si grabas bastante y no vas a usar más pedales, el modelo con DI es muy útil para poder mandar una señal de bajo limpia a la mesa. Si lo quieres principalmente para el directo y vas a usar más pedales, el SBP2 es mucho más ligero y ocupa la mitad en una pedalera. Está bien tener las dos opciones.