Las cuerdas son para el sonido de un instrumento de cuerda igual de importantes que el resto de los componentes del instrumento. Partiendo de la cuerda se genera el sonido, comienzan a vibrar y esas vibraciones se transmiten a la caja de resonancia. El, en principio, bajo sonido se amplifica y se proyecta hacia afuera. Naturalmente que todo esto es un proceso bastante más complicado, porque las vibraciones se transmiten a la tapa a través del puente, y a través del alma a todo el cuerpo y, con ayuda de la barra armónica, se reparten por toda la tapa. Finalmente no solo vibra el cuerpo, sino también el diapasón, el mástil, el clavijero y el cordal. Todos estos elementos entran en vibración y pueden influenciarse positivamente entre ellos, como también perjudicar la generación de sonido.
En principio, podemos dividir los tipos de cuerdas en tres grandes grupos. Esto se basa fundamentalmente en los materiales del núcleo con los que se construye la cuerda. Hablaríamos de las cuerdas de tripa, las cuerdas de plástico y las cuerdas de acero. También encontramos aquí toda clase de niveles y diferencias, que vamos a ir describiendo a continuación. ¿Pero cuál es la cuerda idónea para mi instrumento? Esta es la pregunta decisiva que uno se pregunta primero. La selección de cuerdas para instrumentos de cuerda de arco en la actualidad ha crecido enormemente, y continuan saliendo nuevas cuerdas al mercado, ya sean algún tipo de variaciones de modelos conocidos para aplicaciones concretas o tipos de cuerdas de diseño completamente nuevo. Este consejero pretende simplemente poner un poco de luz en la oscuridad, pero sí hay algo podemos afirmar de entrada: No existe una receta estándar para dar con las cuerdas ideales para un instrumento. Cada instrumento de cuerda de arco es individual en su comportamiento de resonancia y, a veces, se debe sencillamente optar por un modelo cualquiera y empezar a probar si corresponde con el resultado deseado. No obstante para cada tipo de cuerdas existen unas características marcadas por las que uno puede empezar a orientarse en la elección.
Tradicionalmente las cuerdas de los instrumentos de cuerda se hacían con tripa de animal ungulado (con patas de pezuña), en su mayoría se trata de ovejas procedentes de regiones áridas y secas. La tripa se corta en tiras, se retuercen y se deja secar para posteriormente pulirlas. Estas cuerdas de tripa pulidas todavía se fabrican actualmente, aunque tan solo se usan para el cordaje de instrumentos históricos barrocos o para la ejecución auténtica de "música antigua". Las cuerdas de tripa que encontramos hoy en día en el mercado presentan un entorchado de material metálico. Por medio del entorchado del núcleo de las cuerdas se aumenta el calibre, por lo que la cuerda se torna más pesada y suena algo más grave. Sin este entorchado la cuerda en un determinado calibre debería ser bastante más gruesa. O dicho de otra forma: Gracias al entorchado se pueden fabricar cuerdas mucho más delgadas, sin afectar a la elasticidad y por tanto a la sensibilidad en la interpretación. El entorchado también influye en las características sonoras considerablemente. Hablaremos más de ello luego. Las cuerdas de tripa por norma general poseen un sonido relativamente suave y cálido, aunque son bastante sensibles a los cambios de temperatura y reaccionan a las variaciones de la humedad del aire. Tienen la propiedad de absorber el agua del aire (higroscopia) y comienzan a hincharse. Con ello se disminuye la tensión. También el tiempo de mantenimiento de la afinación, que en las cuerdas de tripa alcanza de uno hasta los tres días. La vida útil también se limita, los profesionales cambian las cuerdas con una periodicidad de uno a dos meses. En circunstancias normales aguantan hasta cerca de un año. Las cuerdas de tripa poseen un sonido fuerte, son agradables al tacto, presentan una elasticidad natural y se dejan entonar de formas diferenciadas. Para el entorchado, en las cuerdas de tripa se emplea en su mayoría el aluminio o la plata. Como también en los otros tipos de cuerdas existen diferentes grosores, por ejemplo suave, medio, fuerte, o también "dolce, medium, forte". También de esto seguiremos hablando más tarde.
La denominación de cuerdas de plástico es un poco engañosa, porque no se emplean cuerdas puramente de plástico en los instrumentos de cuerda. Estas cuerdas de puro plástico las encontramos por ejemplo en el cordaje de las guitarras clásicas (Mi, Si, Sol). Lo que aquí se fabrica de plástico es el núcleo de la cuerda, que al final se entorcha con una camisa de metal. Para ello se emplean diferentes materiales, al igual que con las cuerdas de tripa, con lo que se influencia en el calibre de la cuerda y en la característica sonora. Las cuerdas entorchadas con plata normalmente se destinan a las cuerdas más graves. El sonido que poseen es más bien fuerte y cálido. Para el plástico en cualquier caso se emplean también diferentes materiales, los más conocidos son el nailon, el perlón o el poliéster. También podemos encontrar materiales especialmente resistentes provenientes de la tecnología aeroespacial. Una cuerda de plástico tiene un comportamiento sonoro similar a las cuerdas de tripa (aunque no alcanzan sus mejores características del todo). Las cuerdas de plástico con núcleo de plástico han evolucionado tanto hoy en día, que encuentran su aplicación tanto entre principiantes como entre músicos virtuosos. También se adaptan excelentemente a los diferentes estilos musicales las cuerdas de plástico. Frente a las cuerdas de tripa tienen unas cuantas ventajas: Mantienen la afinación muy bien y no son sensibles a los cambios de temperatura ni de humedad del aire. Poseen un sonido redondo, claro, suave y rico en armónicos. El comportamiento de respuesta es relativamente suave y muestra buenas posibilidades de modulación de sonido. El tiempo de desvanecimiento es muy diferente según qué cuerda, y va desde muy corto hasta algo más largo.
Las cuerdas de acero son más bien conocidas por su uso en los instrumentos de punteo. Su empleo para instrumentos de cuerda de arco se asocia a veces con algo negativo, pero esto no siempre es cierto. Las cuerdas tienen una propiedad interesante para los instrumentos de punteo: Suenan de forma prolongada. Y esto es precisamente algo que se desea evitar en los instrumentos de cuerda de arco. Por eso las cuerdas de acero baratas también suenan desagradablemente metálicas. La duración del sonido de las cuerdas se puede influenciar por medio de un determinado material atenuante en el núcleo. Esta atenuación atenuación se consigue por un lado a través del entorchado con hilo o banda metálica, por otro lado aplicando debajo una capa de trenzado de seda o hilo plástico. La materia prima de los núcleos de acero se compone de un acero de fundición en crisol que se adelgaza por medio de una prensado especial de piedra o diamante que también lo concentra. la primera cuerda de acero que se impuso en el violín fue la cuerda Mi pulida. Aquí era más sencilla su aceptación, porque siempre había problemas con la delgada cuerda Mi de tripa, que se rompía fácilmente. Actualmente la cuerda Mi de acero se ha convertido en estándar en el violín, incluso en el cordaje de tripa. La cuerda Mi además puede tener entorchado, lo que la hace algo más agradable al tacto y aveces se adapta mejor al resto de las cuerdas. La ventaja de las cuerdas de acero es su estabilidad de afinación y su longevidad. Las cuerdas de acero son muy apreciadas por los principiantes y para el aprendizaje. Destacan por un sonido fuerte, que no obstante en los modelos económicos a menudo tiende a ser duro y metálico. Estas sencillas y económicas cuerdas incorporan un núcleo completamente metálico, mientras que los modelos de cierta calidad incorporan un hilo de acero (cable) o un micro cable de acero. Las cuerdas con núcleo de cable de acero tienen una sonoridad fuerte, y se suelen emplear en el violonchelo o la viola. Las cuerdas de núcleo de micro cable de acero son algo más suaves y ofrecen mejor respuesta, que sumado al potente, redondo y equilibrado sonido, cumplen también con altas exigencias.
Las cuerdas de instrumentos de arco se fabrican en diferentes grosores o calibres, aunque las denominaciones no siempre concuerdan entre los diferentes fabricantes. Las denominaciones más comunes para los grosores son: "blanda, media, fuerte", "dolce, medium, forte" o "light, medium, heavy". Una cuerda delgada, desde sus cualidades físicas de vibración, es la que más se acerca a la cuerda ideal. Posee una buena respuesta, es muy rica en armónicos y su sonido debido a su reducida masa es suave. En una cuerda más gruesa, la respuesta es eventualmente peor. Pero tiene un sonido más voluminoso. Las cuerdas más gruesas son recomendables en puentes más bajos, en grosores de pared mayores en el instrumento, así como para tapas con mayor abombado. Se pueden poner a prueba las cuerdas que monta un instrumento muy fácilmente simplemente ajustando la afinación un poco por debajo. Si el sonido gusta más, se puede entonces optar por instalar cuerdas más finas o ligeras. En caso contrario, probablemente el instrumento sonará mejor con cuerdas más gruesas. Si no se tiene una idea clara acerca del sonido que se busca, se recomienda el optar primeramente por un juego de cuerdas de grosor medio (Medium).
Para finalizar, unas palabras acerca del entorchado de metal del núcleo de las cuerdas. Por medio del entorchado se aumenta objetivamente el grosor de las cuerdas. Hasta qué medida, es algo que depende del peso específico de cada metal. Cuanto mayor sea la medida, más grave sonará la cuerda. Sin el entorchado no sería posible producir las gruesas y pesadas cuerdas graves del instrumento. El entorchado puede ser de una o más capas, y está compuesto de hilo redondo o liso de diferentes metales (acero, acero cromado, volframio, plata, aluminio o titanio). En el uso de hilo redondo, la cuerda finalmente se debe pulir. Entre el núcleo de la cuerda y el entorchado normalmente hay un segundo revestimiento trenzado de hebras de seda o plásticas, lo que ayuda al entorchado a asentarse mejor y, al contrario que el núcleo de la cuerda, incorpora una amortiguación. Con aluminio, debido a su reducido peso específico, se pueden fabricar cuerdas realmente gruesas. Este tipo de cuerdas son relativamente económicas, aunque tienen la desventaja de ennegrecer los dedos (¡sudor ácido!), y también se desgastan antes. El aluminio suena claro y se usa preferiblemente para las cuerdas más altas. La plata tiene un peso específico mayor, por lo que las cuerdas resultan más finas y se emplean especialmente para la cuarta cuerda. El revestimiento de plata se aplica en la capa superior o externa, mientras que por debajo normalmente encontramos níquel. El titanio es un material caro con un reducido peso específico, y se usa sobre todo para la cuerda más delgada. La desventaja es que el desgaste es bastante alto y se pueden disolver las capas. El oro es un metal muy insensible y puede aplicando una capa muy delgada proporcionar protección contra el sudor de las manos. Pero por su alto precio, el oro solo se utiliza en la fabricación de cuerdas de violín. El volframio tiene técnicamente una influencia neutral en el sonido, pero gracias a su alto peso específico puede mantener los grosores contenidos. Encontraremos un entorchado de volframio más bien en la tercera y la cuarta cuerda. Si encontramos un entorchado de cromo, la mayoría de ocasiones se tratará de una aleación (acero cromado). El níquel en su composición pura se emplea muy rara vez en instrumentos de cuerda de arco, pero si se encuentra frecuentemente aplicado en aleaciones, algo a lo que prestar especial atención si se tiene alergia al níquel, optando por las cuerdas libres de este metal disponibles en el mercado.