Entre los años 60s y 70s fueron inventados los primeros dispositivos de efectos para guitarra. Comparados con los pedales actuales, eran bastante grandes y no se les podía suministrar energía de manera conjunta. Se recurría mayoritariamente a las pilas. A finales de los años 70s, los fabricantes Boss e Ibanez lanzaron al mercado pedales de suelo algo más compactos, que también podían funcionar con una fuente de alimentación independiente. A partir de ahí, fue una consecuencia lógica el combinar varios efectos en un solo dispositivo. Ibanez proporcionó un primer punto de partida en 1982 con el UE-300, que simplemente combinaba los populares efectos individuales CP-9 (compresor), TS-9 (overdrive) y CS-9 (chorus) en un pedal de gran tamaño.
No había posibilidades de almacenamiento y el procesamiento de señal era completamente analógico. En Roland/Boss, el pistoletazo de salida al mundo de los multiefectos se dio en 1987 con el GP-8 y en 1988 con el ME-5.
Allí se ofrecían ocho efectos integrados y, por primera vez, se podían guardar combinaciones y ajustes de estos efectos: un hito en el desarrollo de los multiefectos. En la década de 1980, los multiefectos de formato 19" también comenzaron a hacerse muy populares entre los guitarristas, aunque como el Lexicon PCM-70 o el Yamaha SPX-90, no estaban diseñados específicamente para sonidos de guitarra, Se utilizaron en estudio y en vivo para todo tipo de instrumentos.
Pero la gran demanda por parte de los guitarristas hizo que con el tiempo aparecieran en el mercado cada vez más multiefectos específicos para guitarra.