A lo largo de los años he utilizado varias DAWs. Diferentes curvas de aprendizaje y todas con sus pro y sus contras. Pero no deja de sorprenderme que en muchas comparativas que pueden verse en la red Motu DP no sea ni tan siquiera mencionada. Recien me estoy poniendo con DP 11 tras un período trabajando, debido a circunstancias que no vienen al caso, en entorno NI Maschine y Ableton Live. Mi primera impresión de este último upgrade es que mantiene la solidez, versatilidad y profesionalidad que caracteriza a sus versiones anteriores a la vez que crece muchísimo en flexibilidad y prestaciones. Si no he evaluado todo con las cinco estrellas es simplemente porque soy consciente de que esta DAW me abre un horizonte de posibilidades por explorar.
Sigo pensando que no se le reconoce como debiera corresponder a un producto de tal calidad. Aunque tampoco es que esto sea sorprendente en un mundo empeñado en confundir la excelencia con el éxito.