Si de lo que se trata es de ubicar un afinador dentro de una pedalera, en la que no sobra el espacio precisamente, este afinador es perfecto si se tiene claro como sujetarlo bien (con velcro, o con latiguillos por ejemplo). Ocupa muy poco sitio, se ve a distancia sin problemas, tiene un precio atractivo, y cumple su misión sobradamente. Ideal para darle un retoque de afinación a nuestra guitarra sobre un escenario, a mitad de una actuación, sin que por ello tengamos que eliminar un pedal importante de efectos de la pedalera por falta de espacio. Si lo que queremos, por el contrario, es un afinador de calidad, como para hacer quintados u otras operaciones mas delicadas, indudablemente hay que ir pensando en gastarse mas dinero en otra clase de afinador de mas empaque.