Es agradable al tacto y de robustez media para un metal tan fino. Los acabados están bien, sin más.
Lo único a lo que me costó acostumbrarme fue al hecho de que si las apilas, y le das un golpe relativamente fuerte, es bastante fácil que se salga de su sitio. Hay pequeñas hendiduras en los bordes que facilitan apilarlas una encima de otra sin poner algo entre ellas, pero no hay nada para dejarlas fijadas una sobre otra con seguridad. Por otro lado, es bastante bueno para modularidad.
A parte de eso, es perfecto para tener en un estudio pequeño y poder tener las tarjetas de sonido o pre-amps enrackadas sin miedo a que estén dando vueltas por la mesa.