Es el segundo sillín que compro, el primero es pésimo y la diferencia con este el DT-900 es abismal. Lo uso par estudiar (no soy un profesional) y lo podría comparar con un con un Gibraltar (más caro) que posee mi profesor y que uso cuando voy a clase y, la verdad, nada que envidiar.
Estable, cómodo, no encuentro que sea demasiado pesado, fácil de manipular y, en mi opinión, de buena calidad. Por ahora (lo tengo desde hace una semana) no le he encontrado ningún punto negativo.
Totalmente recomendable.