Se adapta perfectamente a mi cuerpo y me permite tocar el violín sin estar pendiente de sujetarlo bien, de que se mueva o se caiga.
La almohadilla es cómoda, la madera es buena y los ajustes son de buena calidad y ofrecen un amplio rango de adaptación del soporte al cuerpo.
Estoy empezando con el violín de forma que de momento no podré poner a prueba el soporte, pero por ahora estoy cómodo con él y me permite tocar libremente con los dos brazos. Es uno de los soportes más recomendados.