
La respuesta es… ¡sí!
Acabas de terminar tu canción (o EP, o incluso un álbum de 11 temas) y ya estás listo para conquistar el mundo. La mezcla está correcta y has conseguido el sonido que tenías en mente. Todo suena bien y equilibrado. Ahora toca distribuir y subir tu música, ¿no? Bueno…no. Todavía tienes que masterizar tu(s) tema(s). ¿Pero qué es eso del mastering exactamente? Vamos a aclararlo…
¿Qué es la masterización?
En los viejos tiempos, masterizar significaba, primero que nada, transferir el sonido grabado a un dispositivo físico de almacenamiento de datos que se llamaba, como podrás imaginar, el master. El master (cinta o CD) se usaba como la gran fuente, el germen del que brotarían el resto de copias a hacer: la madre de todas las copias. Además del proceso de transferencia, se aplicaba un proceso de ecualización, compresión y limitación, para permitir que el producto final sonara bien en todo tipo de fuentes de reproducción sonora y maximizar y endulzar el sonido para hacer más agradable su escucha.
La masterización en cinta requiere algunos pasos extra, como tratamientos electrónicos, de los que puedes leer más en la página de Wikipedia sobre el mastering, y que contiene un montón de información interesante sobre los antiguos métodos de masterización.
En este artículo nos centraremos en la masterización digital, ya que se trata del método más usado en tiempos modernos y el más sencillo de realizar.
Masterización Digital
El mastering se puede realizar con ayuda de un DAW (Digital Audio Workstation) así como con los plugins incluidos o de terceros que imitan las funciones, sonido y resultados de los dispositivos analógicos: ecualizadores, compresores, limitadores, herramientas de control de la imagen estéreo, compresores multi banda, etcétera.
Preparar los temas para el mastering es tan importante como el proceso de masterizar en sí mismo:
- La mezcla debería estar lo más cercana posible al sonido que buscas, ya que el mastering no puede convertir una mezcla amateur en una con un sonido profesional.
- Asegúrate de que en la pista Master no hay un limitador o compresor activado (como es el caso cuando estás mezclando y eventualmente usas un limitados en el master para elevar el volumen y escuchar mejor la canción).
- Asegúrate de que los picos de la canción (los picos de volumen) no se acerquen al OdBFS. El punto ideal varía dependiendo de la opinión quién sea el ingeniero de sonido y también del género musical: como punto de partida se suele considerar que lo ideal es que quede entre los -3 y lo -6 dB.
- Elimina todo el ruido que puedas de cada pista individual (ruido de fondo, chasquidos, sonidos raros causados por el uso abusivo de algunos plug ins).
- Deja algunos segundos antes y después de la pista.
- Escúchalo una vez más antes de enviarlo a masterizar: a veces, el proceso de volcado (bounce) genera algunos fallos en los archivos finales. Si ese es el caso, vuelve a volcar la mezcla y escúchalo otra vez.
¿Cómo lo hago?
Los ingenieros de mastering son profesionales que han perfeccionado su técnica tras incontables horas de intentos, errores y experiencia de trabajo real. No obstante, no hay ningún problema en intentar masterizar tus canciones tú mismo y aprender cómo hacerlo. Recuerda las 3 reglas de oro del mastering:
Haz que la canción suena más alto
Haz que la canción suene mejor
Asegúrate de que la canción se puede escuchar perfectamente en todo tipo de reproductores de audio
Ahora, importa tu mezcla final en tu DAW y empieza a arreglar lo que esté mal: usando un compresor puedes equilibrar los niveles, también puedes cambiar el sonido y el carácter de la canción usando ecualizadores y compresores multibanda. También es muy importante usar canciones de referencia que te gusten para comparar tus resultados con los de profesionales. Puedes decidir añadir algo de color a tu mezcla usando un plugin de saturación. Para subir el volumen sin aplastar la dinámica y entrar en el territorio de la ‘Guerra de Volumen’ debes usar un limitador. Haz una revisión rápida de los resultados que consigues con una herramienta de medición (LUFS, Dynameter) para ver si el rango dinámico se preserva o estás aplastando demasiado la mezcla. Cuando estés contento con el resultado, haz un bounce del tema.
Ahora hay que comprobar el master en el coche, a través de auriculares baratos, en el equipo de sonido de tu casa o en tu smartphone. Si suena bien de forma consistente y te gusta el sonido que escuchas, básicamente ya has acabado el proceso.
Aviso: hemos intentado resumir en unas cuantas líneas un proceso que puede durar HORAS y toneladas de conocimiento. Usa nuestra guía ‘simplificada’ como un punto de partida y empieza desde ahí avanzando poco a poco. Recuerda usar tus oídos y no tus ojos, y toma descansos de forma frecuente para evitar que tus oídos se fatiguen y ya no seas objetivo con tu toma de decisiones.
Dime… ¿Qué plugins necesito?
Puedes usar los plugins que vienen incluidos en tu DAW, plugins individuales de terceros o hacerte con suites de masterización completas. Para esto útimo, puedes elegir Suites de Mastering tales como iZotope Ozone 8 Advanced, Magix Samplitude Pro X4 o Steinberg Wavelab Pro 9.5
También puedes conseguir bundles que tienen todas las herramientas que necesitas para masterizar (¡y para unas cuantas cosas más!) tales como FabFilter Total Bundle, Waves Mercury o el Sonnox Elite Pack HD-HDX.
Servicios de mastering online
En los últimos años, los servicios de mastering online han empezado a aparecer en la web. Lo que hace, básicamente, es usar algoritmos e Inteligencia Artificial para determinar qué necesita cada pista y hacerlo en tiempo real. En la mayoría de ocasiones el proceso es bastante simple: subes tu archivo (¡presta atención a los requerimientos técnicos!), espera a que acabe el proceso y descarga después tu archivo (o archivos) masterizado. ¡Tan sencillo como suena!
Sitios web tales como eMastered, LANDR, BandLab y CloudBounce ofrecen estos servicios a precios asequibles.
¿Son estos servicios tan buenos como una sesión de mastering con un ingeniero? Bueno, reconocemos que la tecnología ha dado pasos de gigante pero aún hay algo único y necesariamente ‘humano’ para alcanzar el mastering perfecto para una canción. Estos servicios mejoran día a día y no podemos esperar a ver qué depara el futuro. Haz la prueba si no quieres masterizar tus propios temas, sólo tú puedes decidir si estos servicios merecen lo que cuestan.
El Mastering es una parte muy importante de la producción de una canción. A veces, es el proceso más ignorado. Asegúrate de que masterizas tus pistas antes de distribuirlas y, si no estás seguro al 100% de los resultados, contrata a un profesional. No hay nada peor que una canción genial que suena mal a través de los dispositivos de tus fans.
¿Te interesa el mastering? ¡Dinos qué plugis usas actualmente!
3 comentarios
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Ricardo Reyes dice:
Yo usoMagix Audio Cleaning Lab 16 Deluxe Adobe Audition2019 waves y Izotpe xR7 Ozone 8 Ozone9 Nectar y Neutron
Según como esté la mezcla aveces
Se necesita restaurar la mescla
juanma dice:
Buenas herramientas ?
Miguel dice:
Pues parece que necesito masterizar… Hago música instrumental entre la electrónica y la orquestal o folk. En casa se escucha todo bien, tanto en monitores como en los auriculares, pero al llegar al coche, parece que se van a romper los altavoces…
Muy bueno el artículo. Me has aclarado un poco las ideas. Lo tomaré como guía… 🙂