Catálogos musicales – ¿Inversión o protección?

La compra de los llamados catálogos de música se ha convertido en el foco de atención de algunos inversores. Comerciar y vender propiedades relacionadas con los derechos de autor no es nada nuevo en la industria musical, pero `precisamente ha habido un impulso significativo en los últimos años con acuerdos multimillonarios. Cada vez son más estrellas mundialmente conocidas las que venden sus derechos musicales. ¿Pero por qué? ¿Y a todo esto, qué es un catálogo musical?

Un catálogo musical es un catálogo de copyright

Un catálogo musical no es más que una colección de composiciones musicales, que provienen de un mismo artista, esto incluye los derechos de publicación, doblaje o masterización, en resumen: los derechos de autor. El titular de los derechos del catálogo de música recibe ingresos por regalías cada vez que se consume y utiliza esa música. Un catálogo de música no es precisamente algo muy musical. La misma canción puede encontrarse en diferentes catálogos de música si, por ejemplo, los compositores, letristas, músicos, editores, productores, etc. tiene cada uno su propia cuota de derechos de autor.

Los herederos de David Bowie vendieron sus derechos de publicación por 250 millones de dólares

No es raro que los derechos musicales sean vendidos por los herederos de un artista. Por ejemplo, los editores Warner Chappell Music han adquirido todos los derechos de David Bowie. No se ha publicado una cantidad exacta pero en la publicación del sector Variety se estima que pagaron más de 250 millones de dólares por los derechos de publicación.

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Creciente interés por parte de los inversores

El creciente interés por parte de los inversores en los catálogos musicales se explica por las ventajas que tienen estas inversiones que no hay que subestimar. En primer lugar, la música no está sujeta a los arriesgados vaivenes habituales de los mercados financieros. En este sentido, las canciones más escuchadas de todos los tiempos son atemporales. Una canción que ha vendido millones de copias durante décadas seguirá escuchándose en el futuro y generará retornos correspondientes y equivalentes, si no mayores. Son, por tanto, activos concretos con una trayectoria y solidez contrastadas. Y aún hay más: el valor de los catálogos de música aumentan constantemente. La industria de la música espera retornos netos anuales de entre 5 y 16%.

Las ventas de discos ya no generan ingresos significativos

Lo cierto es que hay muchas razones para vender los derechos de tus canciones. Una razón, que inicialmente no tenía nada que ver con lo que está sucediendo durante la pandemia, es que los artistas ya no pueden ganarse la vida a través de los soportes de sonido físicos. Gracias a la influencia de los servicios de streamin y sus conocidos (y cuestionables) modelos de facturación, el dumping de precios y la democratización de la accesibilidad a prácticamente toda la música del mundo, la venta del CD, DVD y compañía ha bajado tanto que ya no vale la pena invertir en ello. Se ha perdido una fuente concreta de ingresos.

Y llegó la pandemia

Los directos eran una de las principales fuentes de ingresos más importantes para la gran mayoría de artistas, y sobretodo para los menos conocidos. Luego, llegó la pandemia y el CoVid-19 con las restricciones de contacto y las cancelaciones de conciertos y la principal fuente de ingresos desapareció en un abrir y cerrar de ojos.  Y cuando se ha vuelto a poder tocar en directo, los precios de las entradas han aumentado y cada vez más. Antiguamente las giras promocionales servían para aumentar las ventas de soportes sonoros: ahora la gira es el ingreso fijo con el que mantenerse.  Una salida viable, al menos para los que pueden, ha sido vender los catálogos de música y asegurarse una vida tranquila.

Motivación personal: protección de la vida laboral

También pueden existir razones personales, no todo es cuestión de dinero. Los artistas que, debido a su estrellato, pueden vender su catálogo de música de manera rentable, generalmente han generado el equivalente al trabajo de toda una vida. Una obra que comprensiblemente quieren conservar para las próximas generaciones, sabiendo que estará en buenas manos. ¿Y quién podría hacerlo mejor que el sello discográfico con el que has trabajado durante décadas?

Bruce Springsteen recauda 500 millones de dólares por derechos musicales

En diciembre de 2021 «The Boss», el ícono del rock Bruce Springsteen, vendió todo su catálogo de música a Sony Music por la friolera de 500 millones de dólares. La venta incluye las grabaciones, compòsiciones de más de 300 canciones de 20 discos de estudio y otros lanzamientos. El precio no se ha confirmado oficialmente, pero podría ser el mejor trato (en cuanto a cantidad) por un solo artista.

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El icónico cantautor y cantante protesta Bob Dylan ha vendido los derechos de 600 canciones

Bob Dylan vendió también recientemente los derechos de más de 600 canciones. El comprador es el departamento editorial de Universal Music. En este caso tampoco se ha confirmado el precio de compra, pero la suma estimada es de entre 300 y 500 millones de dólares. ¡El acuerdo podría superar incluso la suma de Bruce Springsteen!

La leyenda del soul y del rock Tina Turner vendió sus derechos a los 81 años

La leyenda del soul Tina Turner ha grabado un montón de discos tanto de estudio como en vivo, bandas sonoras e incluso recopilaciones. A los 81 años ha vendido su catálogo musical a la Warner. El catálogo incluye obras que han vendido más de 100 millones de copias en total y según la propia artista es importante que el trabajo de su vida esté en manos profesionales que le den confianza a la artista. Para ella el trato fue una manera de proteger su legado. El precio acordado, una vez más, no se sabe del todo

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Neil Young: comercialización musical de tipo especial

Neil Young, que es bastante crítico con la comercialización de la música, también ha bañado en oro su catálogo de música, aunque no todo. Vendió una participación del 50% en sus derechos de publicación de música a Hipgnosis Songs Fund, con sede en el Reino Unido. Esto incluye, por ejemplo, la mitad de las regalías mundiales por canciones como «Heart of Gold». Se estima un precio de compra de entre 50 y 150 millones de dólares.

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Juanma vive en Barcelona y se pasa el día inmerso en el mundo de la música entre ensayos, grabaciones y conciertos.

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